jueves, 20 de diciembre de 2018

Del Cuerpo Místico De Cristo

Es un error esperar a estar limpios para acercarnos a Jesús. Este error radica en el orgullo de pensar que podemos hacer el bien por nosotros mismos o que hay algo bueno en nosotros al margen de Cristo. Nosotros no podemos darle a Dios nada bueno que no hayamos recibido de Él previamente; y si le pretendemos dar algo que no hayamos recibido de Él ese algo no puede ser bueno. Si hay algo bueno en nosotros, procede de Dios; y si no procede de Dios, no puede ser bueno. San Pablo se refiere a esto cuando dice: ¿quien le dio primero para que le sea recompensado? 1Ro 11:35

Absolutamente todo lo que esta destinado a permanecer en la eternidad procede de Dios y tiene su raíz en Dios. Esto queda ilustrado en la parábola de la viña y los sarmientos Jn 15:4-5 en el evangelio de San Juan. En esta parábola Jesús no solo nos dice que separados de El no podemos llevar ningún fruto sino que se identifica a Si mismo con nosotros de una manera plena. EL dice "Yo soy la vid y vosotros los sarmientos". De la misma manera que los sarmientos son parte de la vid, nosotros somos parte de Cristo. A esto es a lo que se refiere San Pablo cuando habla de que la iglesia (los cristianos) somos el cuerpo de Cristo. En el Hombre regenerado, aquel que como San Pablo dice ya no vivo yo sino que Cristo vive en mi Ga 2:20 nada hay sino Cristo solo. El Hombre regenerado es Cristo. Habiendo sido injertado en el cuerpo de Cristo, teniendo la mente de Cristo  1 Co 2:16, comparte una misma voluntad y una misma conciencia (que son Cristo mismo) con Cristo. Ha sido hecho partícipe de la Sabia, la Sangre, La Vida de Cristo, La Vida Eterna. En este Hombre Cristo dice "YO SOY". Nada hay en este Hombre que no sea Cristo; nada es este Hombre que no sea Cristo. Cristo se conoce a Si mismo en este Hombre y este Hombre descansa en el Ser de Cristo no ya como algo separado a Si, sino como en su propio Ser (del Hombre). Esta conciencia Crística es a la que alude Cristo en su oración "que todos sean uno" Jn 17. Este Hombre a conocido su verdadero Nombre, la porción finita del Cristo infinito que Cristo le ha concedido conocer, manifestar y ser (ver entrada De Los Nombres De Dios). Esta conciencia Crística es el trono de Dios en el que los Cristianos están llamados a sentarse (Ap 3:21). Jesucristo nos concede como una Gracia por su bondad y misericordia lo que el Anticristo 1Tes 2:4 (y análogamente nuestro orgullo, el hombre viejo el Anticristo en nosotros) trata de usurpar y obtener al margen de Cristo. Sentarnos en su trono; Ser. El único trono de Dios es Cristo, Dios mismo. Ese acto de usurpar, que en esencia es el mismo error que cometemos cuando pretendemos limpiarnos por nosotros mismos al margen de Cristo atribuyéndonos a nosotros mismos alguna bondad al margen de Cristo, es el propio Anticristo y mas profundamente, la ilusión de "Ser" algo al margen de Cristo es el propio Anticristo. Solo Cristo es. y en la regeneración no habrá nada que no sea Cristo. Todo será Cristo y Cristo será todo. y Dios será todo en todo 1Co 15:28.

Así pues, no tengamos miedo de acercarnos a Jesús en aquellos momentos en los que la percepción de nuestra maldad nos abrume, cuando no veamos en nosotros nada bueno ni podamos detectar en nosotros ningún amor a Jesús o a los demás. Acerquémonos a aquel que dijo: Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores Mr 2:17. Acerquémonos a Él conscientes de que no podemos ser capaces de nada bueno para merecer su ayuda, de que su ayuda no puede estar fundamentada en ningún mérito ni en ninguna bondad previa nuestra sino solo en su bondad y en su misericordia porque si hay algo bueno en nosotros es don suyo y si no es don suyo entonces no puede ser bueno.

Que Jesús nos limpie de todo lo que no sea Él.




Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. Mr 2:17

Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Mr 10:18

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Ga 2:20

Pero nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Co 2:16

Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El. 1Co 6:17

Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1 Corintios 12:27
¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 1Ro 11:35

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Ap 3:21

Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. 1Co 15:28

donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Colosenses 3:11

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como sarmiento, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Juan 15:4-6

el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 1 Tes 2:4

Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Ap 15:2







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